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junio 19, 2006

Canción Favorita: Cymbaline
Instrumental Favorito: Main Theme

1) Cirrus Minor 2) The Nile Song 3) Crying Song 4) Up The Khyber 5)Green Is The Colour 6) Cymbaline 7) Party Sequence 8) Main Theme 9) Ibiza Bar 10) More Blues 11) Quicksilver 12) A Spanish Piece 13) Dramatic Theme

Buen disco. Aquí Floyd varía su paleta de sonidos incorporando elementos ajenos a los que cabe esperar de ellos. Seguramente el hecho de ser un soundtrack les daba más libertad artística que tratándose de un disco de estudio hecho y derecho.

Waters es quien toma las riendas compositivamente, más allá de las típicas colaboraciones grupales. Y para sorpresa de muchos, despunta su lado folk.
Cirrus Minor, Green Is The Colour y Cymbaline transitan por ese camino. El primero lo canta Roger y es un temita acústico agradable que finaliza con Wright recordando la última parte de la suite del disco anterior. Los otros dos son cantados por Gilmour. En Green Is The Colour, con un mero acompañamiento de piano y flauta, David canta con una dulzura macartnesca una melodía bucólica propia de una banda hippie. Cymbaline, con la mejor melodía del disco (que suena similar a cosas del Floyd del Dark Side), también tiene a Wright finalizando la canción con un solo de sintetizador.

Hay otras sopresas, se imaginan a Gilmour cantando Heavy Metal? Ese es el caso de The Nile Song e Ibiza Bar, dos temas muy parecidos (casi podrían ser parte I y II). Para muchos es un desastre vergonzoso, pero a mí el intento me parece creíble, demostrando la versatilidad de esta banda. Está claro que no era el camino a seguir, pero en todo caso, fue una opción lograda en su momento.

The Crying Song es otro tema de Waters cantado por Gilmour con una melodía cíclica similar a algunas canciones de su segundo disco, como si Roger estuviera imitando el estilo de su compañero Rick Wright.

Y después están los instrumentales. El mejor de estos es Main Theme , con un solo de sintetizador sobre una espectacular linea de bajo y tonalidades orientales. Dramatic Theme también tiene una base rítmica muy interesante, con una batería haciendo un patrón basado en los platillos y otro genial trabajo de Roger en el bajo, mientras Gilmour lleva la melodía con su solo. Estos son los más acabados pero hay otras cosas interesantes.

Como Up The Khyber, que es ni más ni menos el solo de batería de la suite de A Saucerful con acompañamiento de pianos jazzeros y órganos discordantes.

Quicksilver parece hecho a la medida de una banda de sonido , pero de una película de ciencia ficción. También parece haber tomado su inspiración de la suite mencionada, de las partes mas bizarras, y debo decir que no aburre a pesar de su extensión. Si hay una banda que puede darse el lujo de hacer este tipo de cosas, es ésta ,porque mantienen atrapado al oyente todo el tiempo con diversos efectos que envuelven y no te dejan adelantar al tema siguiente.

Que más? Hay un pequeño experimento étnico de menos de un minuto llamado Party Sequence, que no tiene tiempo de desarrollarse y un jugueteo blues llamado precisamente More Blues sobre una batería que se detiene y vuelve a empezar todo el tiempo.

Finalmente, el primer tema firmado por Gilmour, lo que generalmente pasa desapercibido. Spanish Piece es justamente eso, una improvisación de guitarra española con unos susurros de fondo que no distraen y agregan ambiente. Es una lástima que dure tan poco.

En fin un disco que le sirvió a la banda para seguir buscando un estilo propio. Por esa época todos buscaban a Floyd para bandas de sonido (incluso musicalizaron la llegada del hombre a la luna con el tema Moonhead, especialmente compuesto para la ocasión y sólo hallable en bootlegs.) A ellos les venía bien porque podían experimentar y seguir probando sin presiones comerciales. Es una lástima que hayan rechazado el soundtrack de 2001, porque escuchando algunas de estas piezas como Main Theme o Quicksilver, se puede vislumbrar que el fuerte del grupo era esa clase de películas. Pero de todos modos , es un disco entretenido y con muchos puntos interesantes que no volverían a abordar en el futuro. Un 7.

Nota: Antes de la edición de este disco, Floyd presentaba un espectáculo llamado The Massed Gadgets Of Auximenes. El mismo se componía de dos «óperas-rock» llamadas respectivamente The Man y The Journey. Muchas de las canciones de More aparecen en esas obras con distinto nombre así como otras de The Piper , A Saucerful, Ummagumma y algunas inéditas. El grupo interpretó ambas obras en conjunto en algunas presentaciones en vivo y emisiones de radio pero nunca se editaron oficialmente, optando por usar esos temas en los discos respectivos . De todos modos, esas grabaciones son relativamente fáciles de conseguir.

Gregorio Caldentey.


REVOLVER

junio 19, 2006




Canción Favorita: Tomorrow Never Knows


1) Taxman 2) Eleanor Rigby 3) I’m Only Sleeping 4) Love You To 5)Here, There And Everywhere 6) Yellow Submarine 7) She Said She Said 8) Good Day Sunshine 9) And Your Bird Can Sing 10) For No One 11) Dr. Robert 12) I Want To Tell You 13) Got To Get you Into My Life 14) Tomorrow Never Knows.

Después de tantos años de escuchar a los Beatles es todavía muy difícil para mí decir cual es mi disco preferido, siendo este y el Album Blanco los más serios candidatos (aunque esa opinión oscila constantemente).

Editado al comienzo de la última gira americana de la banda, el grupo no tocó ninguno de estos temas en vivo (todavía no existían los samplers para ayudarse y llevar orquestas y cintas pregrabadas era caro y poco práctico en 1966.)

Mucha gente (George Harrison incluído) dice que Rubber Soul y Revolver son muy parecidos, que casi no hay diferencias. No creo que sea así. Rubber Soul es un disco más orientado al folk, en donde los Beatles alcanzan su madurez compositiva. Es una especie de grandes éxitos en el sentido de que al menos 5 canciones (Norwegian Wood, Nowhere Man, Michelle, Girl e In My Life) son bastante conocidas por todo el mundo y son reconocidas como clásicas del grupo, mientras que muchos de los otros temas son hits menores también. Es el primer disco de la etapa seria de los Beatles y con el que dejaron de ser un simple grupo pop para adolescentes.

Pero los hallazgos en Rubber Soul son más bien a nivel composición ,tanto lírica como musicalmente. Revolver sin olvidar las canciones, es más experimental. Si bien la banda constantemente había experimentado con cosas nuevas (ejemplos tempranos son I Feel Fine con el feedback, Eight Days a Week con el Fade-In, Yesterday y las cuerdas), aquí por primera vez los 4 músicos con la ayuda de George Martin y Geoff Emmerick (el ingeniero de sonido), utilizan todos los recursos que tenían a su disposición en el estudio de grabación para crear un disco entero. Efectos de sonido, guitarras al revés, efectos en las voces (sobre todo la de John) y loops de cintas pregrabadas se escuchan a lo largo del álbum.

En Revolver los Beatles utilizan tonos de guitarra que no se vuelven a escuchar después en ningún otro disco de su carrera (una especial distorsión procesada con reverb que es muy propia de este disco y que la banda utiliza haciendo arpegios con sabor oriental en muchas de las canciones). Además los coros vocales suenan distintos, aquí aparece también la influencia de la India que ya estaba introduciendo Harrison. El bajo y la batería suenan más claros que en ningún otro disco anterior y es una suerte porque Paul y Ringo se lucen con la base rítmica en la mayoría de los temas. Sumado a esto, los muchachos salen a buscar ayuda afuera y hay muchos músicos invitados (clásicos, de música hindú, sección de bronces). Todo esto hace que sea uno de los discos más variados que haya grabado esta banda, hay rock, ragas hindúes, baladas, canciones infantiles, psicodelia, hasta música proto-electrónica.

Quizás se deba también a que para esta época los tres compositores de la banda estaban cada uno en la suya, Paul en estrecha colaboraci ón con George Martin, estaba interesado en meter arreglos de música clásica en las canciones y en seguir haciendo pop pero más serio y con tintes experimentales. George, ya estaba absorbido por la música y religión orientales. Finalmente John, un adicto consumado al LSD , es el responsable de las canciones mas voladas y psicodélicas del disco.

El disco arranca con Taxman, la crítica de Harrison al sistema impositivo Inglés. Un poco en joda, George fue el primero (y no John como todo el mundo pensaría) en hacer temas de crítica social. El tema es propulsado por unos arreglos de bajo y batería casi funk mientras George se pone en el papel del recaudador de impuestos y nos va contando todas las cosas por las que piensa alzarse con nuestro dinero. El tono de humor aparece cuando John,Paul y George entonan el título como si se tratara del tema de apertura de una serie de TV sobre un superhéroe. También se destacan el solo de guitarra de Paul en el medio (con una entrada impresionante) y el middle eight donde Paul y Jhon completan las frases de George.

Las otras contribuciones de George no bajan el nivel. Love You To (con una introducción espectacular de sitar que establece el mood general del tema) es su primera canción hindú y la mejor. Mientras habla del amor universal, se las arregla para que las tablas y cítaras suenen casi rocanroleras, la percusión es excelente y al final el tema se acelera como una verdadera raga. Lejos de ser un aburrimiento como dicen muchos el escucharlo inmediatamente me evoca imágenes de la India. En mi opinión es su mejor canción del disco. I Want To Tell You (tres temas de George en un disco, debe haber caído con tan buen material que obligó a Lennon, Mc Cartney y Martin a incrementar el acostumbrado nivel de dos) tiene un riff bastante interesante y enigmático. Las voces suenan muy psicodélicas y la parte del estribillo acentúa el espíritu místico con un acorde hiperdisonante. Al final, mientras John y George siguen repitiendo la frase «i’ ve got tiiime..» Paul se larga con un arabesco hindú.

Paul es el responsable de las dos canciones más conocidas del disco. En Eleanor Rigby que pinta el retrato de la gente solitaria, vuelve a traer las cuerdas al sonido del grupo pero esta vez con un arreglo de cuarteto (escrito por George Martin) que acompaña muy bien el sentido drámatico del tema y funciona individualmente si uno escucha la versión instrumental del Anthology (los músicos contratados se enojaron con Geoff Emmerick porque les puso micrófonos individuales a cada uno para que se escuchara con claridad cada instrumento por separado.)
Yellow Submarine es seguramente la canción más controvertida del disco. Para algunos es el peor tema de los Beatles y otros casi identifican a la banda por este tema. La intención de Paul era hacer una canción para los niños cantada por Ringo y terminó siendo el single del verano y dio origen a una película de dibujos animados. Hay que tomarla así, como un divertimento de Paul y no se puede negar que los efectos especiales son entretenidos.

Good Day Sunshine, otro de los aportes de Paul, tiene varios aspectos que llaman la atención. Es un temita optimista que habla de estar enamorado y la primera ocasión en que Mc Cartney va a utlizar arreglos de music-hall de los años 30 para adornar una canción (volvería a esta formula intermitentemente a lo largo de los años siguientes). La canción se estructura sobre un bajo constante acompañado por un piano (que es el que agrega el elemento de vaudeville) y los Beatles ensayan nuevamente armonías vocales novedosas en el estribillo. Lo más interesante para mí, sin embargo, es el solo de piano tocado por Paul mientras George Martin en otro piano (con diferente ecualización) le hace una base semiblusera.
Got To Get You Into My Life que originalmente tenía un arreglo bastante distinto, terminó siendo el homenaje de Paul a Motown, el famoso sello de soul que produjo innumerables éxitos en los sesenta. Mc Cartney prestó mucha atención a estos discos evidentemente porque siguiendo la fórmula de éstos, el tema se arma sobre un bajo prominente y los vientos dominan gran parte de la canción, sobre todo la introducción (pocas notas pero muy efectivas) y el estribillo donde responden a la voz de Paul. La entrada de la guitarra es magnífica y da lugar a una coda casi mejor que el resto de la canción.

Que más trajo Paul? Here, There And Everywhere, una balada que el bajista interpreta con mucha dulzura (a pesar de que Mc Cartney es famoso por sus baladas en ninguna otra que yo haya escuchado canta como aquí). La melodía es soberbia y la armonía sorprende con cambios de acordes no muy comunes en canciones de rock. Esta vez, Paul recurre al minimalismo ya que el tema está apenas acompañado por guitarra, bajo y batería aunque hay una mínima participación de corno al final. No hace falta mucho más porque la línea vocal es lo que se lleva todos los premios.
Finalmente tenemos For No One que según Lennon era el mejor tema que había escrito Paul. Yo no estoy tan seguro pero sí puedo decir que es el mejor tema de Paul en este disco. La letra habla de una ruptura amorosa y Mc Cartney la canta con la misma solemnidad que entona Eleanor Rigby. Pero lo más interesante es la música, arreglos de piano con cadencias inspiradas por Bach y en el medio, un solo de corno inglés que es el pasaje musical mas hermoso del disco. También suena a Bach o a música barroca y logra un efecto tan o más impresionante q ue el solo de piano de In My Life. Como E.R., una combinación feliz de música clásica y pop.

Vamos a John. Como decía antes, el guitarrista es el creador de los temas más volados y es en sus canciones donde se escucha ese tono de guitarra tan característico de este álbum. Y un tema donde la guitarra se destaca especialmente es And Your Bird Can Sing. Los arreglos de viola son fascinantes desde la introducción, pero sobre todo en el estribillo en donde realizan una figura descendente impresionante que acompaña a la voz de Lennon (no es por nada que Luis Alberto Spinetta se saca el sombrero por los arreglos de este tema). Y las armonías vocales tambien te dejan con la boca abierta. ( Las voces suenan aún mejor en la versión del Anthology 2 pero lamentablemente John y Paul la echan a perder riéndose a lo largo del tema. No importa, la toma editada es un temazo igual).

I’m Only Sleeping es el homenaje a quienes consideran que dormir es el mayor placer de la vida. La atmósfera del tema es adecuadamente somnolienta, con Paul y George haciendo unos coritos angelicales y John cantando como si no diera más de sueño. La experimentación se hace presente con un solo de guitarra al revés. La melodía es excelente y me encanta la parte de la letra que dice «Everybody’s seems to think i’m lazy/ I dont mind, i think they’re crazy/ Running everywhere at such a speed/ Till they find there’s no need» (Todos parecen pensar que soy un vago/ No me importa, yo pienso que son locos/ Corriendo a todos lados a tal velocidad/ Hasta que se dan cuenta de que no hay ninguna necesidad». Toda una declaración de principios y hasta rima en castellano también.

Dr. Robert es una canción que muchos acusan de ser banal, pero no lo es en absoluto. Para empezar el tópico de la misma es nada menos que hacerle una propaganda medio irónica al dentista londinense que introdujo a John y a George al LSD. «Take a drink from his special cup» ( Toma un trago de su copa especial) Clarito, no? La parte de los versos, si bien adornada con la guitarra «procesada» es un ritmo beat que recuerda a las primeras épocas de la banda pero el estribillo de «Weeellll-weeeelll-weellll…..» , acompañado por un órgano parece un himno eclesiástico. Un muy buen tema al nivel de los otros de John.

Y finalmente llegamos a las dos mejores canciones de Lennon en mi opinión. She Said, She Said también trata de un tópico controvertido, la sensación de estar muerto o la de nunca haber nacido. Que tal? Otra melodía fuera de serie, en este caso re-psicodélica, con unos coros ácidos a mas no poder, una voz de Jhon hiper-tratada y las guitarras plenas de reverb evocando atmósferas orientales. El mejor ejemplo del tono de viola particular del que hablaba. Especial mención también para la batería de Ringo en este tema. Al final la canción (como en Love You To) se acelera en onda raga mientras John se contesta a sí mismo en la melodía final.
El otro tema, que cierra el disco, es una muestra que los Beatles podían adelantarse décadas a cualquier género que ni se pensaba en sus tiempos. Tomorrow Never Knows es una canción que Lennon escribió mientras disfutaba de un «viaje» provocado por ya sabemos qué droga. Parte de la letra la sacó del Libro Tibetano de los Muertos y el arreglo original que él habia pensado incluía a mil monjes haciendo el coro (no te estarás dando mucho, John?). Paul tuvo una idea mejor y todo el grupo junto con George Martin se pusieron a cortar y editar cintas de efectos de sonido (una forma de trabajo inspirada por compositores de música contemporánea vanguardista como Karlheinz Stockhauser y que volverían a utilizar en Sgt. Pepper y en el tema Revolution 9), grabaron un par de guitarras al revés y sobre eso pusieron una batería de Ringo también grabada al revés tocando un beat muy marcado, mientras la voz distorsionada de John canta un mantra en acorde de Do sobre vaya a saber qué. El resultado es lo más parecido al tecno o música electrónica que se haya grabado en los 60 que yo he escuchado. Psicodelia en su estado más puro. Es más, diría que es la canción mas psicodélica del cuarteto de Liverpool. Y para mí el mejor tema de un disco sobresaliente.

Lo único que queda por decir es que después de la grabacion de Revolver los muchachos se tomaron un descanso en el que cada uno se dedicó a actividades solistas que provocaron rumores sobre su separación. Nada que ver, simplemente estaban juntando fuerzas para asombrar al mundo de nuevo con el single Penny Lane/Strawberry Fields y el álbum Sgt. Pepper. En cuanto a este disco, yo le pondría un 10+ según el sistema de clasificación y reitero que quizás sea el mejor que grabaron los Fab Four.

Gregorio Caldentey.


AFTERMATH

junio 19, 2006

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Canción Favorita: Under My Thumb

1) Mother’s Little Helper 2) Stupid Girl 3) Lady Jane 4) Under My Thumb 5) Doncha Bother Me 6) Going Home 7) Flight 505 8) High And Dry 9) Out Of Time 10) It’s Not Easy 11) I Am Waiting 12) Take It Or Leave It 13) Think 14) What To Do.

1966: En este año se editaron discos cruciales para el desarrollo del rock. Revolver, Blonde On Blonde, Freak Out!, Pet Sounds, el debut de los Airplane, se podría decir que fue el primer año en que los álbumes de rock fueron más importantes que los singles, para la evolución de la nueva música (que ya no era tan nueva.) Los Stones no podían quedar al margen de esto y ese año ve la luz Aftermath, su mejor disco a esa fecha y el primero compuesto íntegramente de temas Jagger-Richards.

Pienso que este álbum en la actualidad está muy infravalorado, ya que cuando se hacen polls sobre los mejores discos de la banda generalmente ocupa el séptimo u octavo puesto. Y es probable que sea el mejor después de los cuatro grandes. Me gusta más que cualquiera de sus entregas post-Exile y en general se lo considera superior a Between The Buttons y Their Satanic Majesties Request. ¿Por qué no se le da su merecido quinto puesto entre los álbumes de estudio entonces? Que hace que la gente prefiera Some Girls o Tatoo You? Probablemente la razón sea que la edición que hoy conocemos en su gran mayoría es la estadounidense, que deja afuera 4 temas (dos de ellos geniales) e incorpora Paint It, Black. Por supuesto éste último es un temazo absoluto pero 4 a 1 no es una buena proporción, sin contar con que Out Of Time y Mother’s Little Helper (dos de los reemplazados) están muy cerca de esa canción en términos de calidad , quizá en el mismo nivel. Para mi revisión yo me baso exclusivamente en la versión inglesa que fue como la banda concibió este trabajo, como ellos lo crearon en su momento. Pero ya que Paint It, Black quedó indisolublemente unido al álbum también lo voy a incluir en el comentario.

Creo que aunque no seas fan de los Stones o aunque nunca hayas escuchado un disco sí escuchaste Paint It, Black, sobre todo si viste la miniserie NAM donde este tema servía de apertura. Y estoy casi seguro que te gusta también. La canción abre con el riff principal, tocado en una acústica y con tintes de Oriente (quién no reconoce ese riff???). Después se escuchan los batacazos de Charlie y el tema inunda nuestros sentidos con un ritmo árabe marchoso mientras Jagger entona la melodía del tema , contándonos de su oscuridad. Brian Jones lo acompaña con la cítara hasta que los versos orientales dan paso al estallido de la banda en el estribillo, con magníficas guitarras y coros de Richards. Esa estructura se repite a lo largo de todo el tema, transmitiéndonos una sensación de urgencia sombría, que se acentúa en la coda donde la banda se concentra en ese maléfico riff y en ese ritmo de fiesta pagana , Jagger nos dice que quiere ver el sol caer del cielo y Bill Wyman recorre todo el diapasón de su bajo para crear ese efecto de devastación. Excelente canción y un merecido clásico. Es una lástima que la banda no la interprete tan seguido en vivo, siendo que este tema identifica a los Stones tanto como Satisfaction. En Inglaterra se editó como single después de la salida de Aftermath y llegó al número 1.

En cuanto al disco en sí, tenemos 14 canciones donde podemos encontrar de todo. Al menos, todos los estilos que los Stones interpretaban por entonces y algunas sorpresas, como una balada renacentista y un tema de 11 minutos. Pop, blues, country, rock , soul vistos a través de la óptica stone. Es de destacar el aporte de Brian Jones en éste álbum, probablemente sea su mejor trabajo en la banda. No ya como guitarrista, ya que ese rol estaba prácticamente confiado a Keith casi en su totalidad (aunque suenan algunos slides por ahí tocados por Brian) , pero sí como proveedor de instrumentos exóticos, dándole otro color a las canciones. Cítaras (que aprendió a tocar con su amigo George Harrison) , marimbas, dulcimer, armónica por supuesto, teclados y percusiones varias. El tipo, al que no se le permitía contribuir con canciones, expresaba su creatividad dominando cualquier instrumento que se le pusiera enfrente. Y es en este Lp donde empieza a explotar esa faceta con resultados sobresalientes. Un capo, sin duda. Vamos a las canciones.

El álbum comienza con un tema muy emparentado con Paint It, Black aunque la temática sea distinta. Mother’s Little Helper comparte con la canción mencionada el uso de la cítara, un ritmo de marcha y un riff de características orientales. Pero aquí Mick canta sobre las pastillas que toman algunas amas de casas para sobrellevar la presión y el tedio de la vida cotidiana. De todas las canciones que se refieren a mujeres en este disco, ésta y Lady Jane son las que las tratan con más cariño, ya que Jagger no acusa a las madres de tomar esas pastillas sino que en la letra parece comprenderlas. El estribillo es emblemático : «Doctor please, some more of this/ Outside the door, she took four more» (Doctor por favor, algo más de esto/ Detrás de la puerta, ella tomó cuatro más). No sé cuantas madres consumirían estas pastillas a mediados de los 60, pero el tema tiene pretensiones de crónica social. La melodía es perfecta y pegadiza, sobre todo en ese estribillo, y el riff es genial. Otro clásico para comenzar el álbum.

La segunda canción es Stupid Girl. En esta ocasión Mick ya no es tan comprensivo y se dedica a tirarle palos a esa chica estúpida que no se conoce ni a ella misma, y que probablemente esté dedicada a muchas chicas que la banda tuvo oportunidad de conocer, más que a una en particular. Musicalmente el tema es britpop puro, con una brillante performance de Wyman en el bajo (otro de los puntos fuertes de este disco, Bill se destaca en casi todas las canciones), buen acompañamiento rítmico de la batería y un saltarín órgano de fondo. Me hace acordar a las canciones «poppy» del primer disco de los Doors. Lo mejor está en el middle eight , con una parte cantada la primera vez (Well, I’m sick and tired…) y un solo en la segunda mientras la banda hace coritos bien poperos. Genial.

Lady Jane es una de las agradables sorpresas que nos regala este disco. La soñadora introducción de guitarra nos transporta a los tiempos de la reina Isabel. El dulcimer de Brian empieza a sonar tocando unos acordes celestiales y Jagger entona una de las melodías más preciosas que la banda grabó. La letra habla sobre la devoción hacia dos mujeres y tiene veladas referencias a la vagina. Pero es la música bellísima lo que constituye lo mejor de esta canción, en especial el intermedio instrumental donde sobre la base de clavicordio vuelve a sonar ese dulcimer tan maravillosamente ejecutado por el rubio de los Stones. Uno no espera encontrar un madrigal del siglo XVI en un álbum de ésta banda , pero ahí está, demostrándonos la increíble versatilidad de estos tipos. Una gema, el tema que les encanta a las mamás y a las novias, bueno, y a nosotros también.

La canción que sigue es todavía mejor, Under My Thumb. Empieza con un misterioso riff de ¡marimbas! tocado nuevamente por el virtuoso Jones, al que acompañan la guitarra de Richards marcando el ritmo y otra espectacular línea de bajo cortesía de Mr. Wyman. Jagger entra cantando sobre como tiene a su mujer dominada después de haber sido un macho oprimido (los grupos feministas señalan a Aftermath en general y a éste tema en particular como la principal prueba de la misoginia de los Stones). La línea vocal se repite una y otra vez pero el groove que crean la combinación del bajo, las marimbas , el rítmico piano y los yeites «chuckberrísticos»(increíblemente efectivos) de Keith te mantienen atrapado todo el tiempo. El efecto es casi hipnótico, sexy, y a la vez muy bailable. La banda maneja los climas a la perfección, deteniéndose a veces, dejando sólo la mínima instrumentación y volviendo a empezar cuando Jagger arremete con «It’s down on me…» El tema suena más maduro que el resto del disco, podría haber sido grabado años después e incluído en alguno de los álbumes posteriores sin desentonar. Tal es así que interpretado en el setlist de la gira americana de 1969 parecía ser una de las canciones nuevas que estaban presentando en lugar de un oldie. Su intensidad era la misma que, por ejemplo, la de Midnight Rambler o Jumpin’ Jack Flash. Y dicho sea de paso, los acordes son los mismos de Gimmie Shelter. Uno de los grandes clásicos de los Rolling, que actualmente debería ser tenido mucho más en cuenta (en primer lugar, por la propia banda) y el candidato más seguro a mejor canción del disco.

Unos ruidos de pasos nos introducen a Doncha Bother Me que continúa la fiesta en la forma de un agradable blues rápido, con un muy buen trabajo en las guitarras, slide a cargo del blondo Brian y rítmicas en las manos de Keith. Aquí es donde mucha gente dice que el Lp empieza a decaer pero yo no siento para nada eso. Este tema es muy disfrutable y nos recuerda que en 1966 los Stones seguían siendo la mejor banda blues del mundo. Especialmente destacable es el solo de armónica del medio, con un sonido que sólo Jones podía sacarle a ese instrumento.

Si te quedaste con ganas de más blues después de escuchar la pista anterior, ahora te vas a saciar. Porque Goin’ Home, sin duda lo más controvertido del disco, nos ofrece 11 minutos de esa música, pero en el interín el grupo se las arregla para sugerir otros estilos, ofreciendo una gran variedad de climas a través de su desarrollo. 1966 fue también el año de la experimentación , y la banda la lleva a cabo en este extensísimo tema haciendo lo que mejor sabe, y se asegura de mantener tu atención en semejante duración introduciendo todas las variantes que les sean posibles. Lo logran? En mi caso sí. Me atrapa. Porque después de los tres minutos iniciales en que escuchamos un blues con una melodía juguetona y muy pegadiza (el tema ya sería bueno si terminara ahí), los cinco músicos se internan en un tour de force que suena a veces muy relajado, con sutiles acordes de piano en el fondo y las escobillas de Charlie como toda percusión, para acelerar a posteriori llevados por un propulsante bajo y la guitarra de Richards machacando el cerebro, otras veces suena a soul y otras a psicodelia, como cuando a los 8 minutos Keith saca un riff hindú de la galera y Jagger lo imita con la voz. Más allá de las contribuciones mencionadas de Richards, las verdaderas estrellas son la voz de Mick y el bajo de Bill , ya que ellos son los que le indican a los demás todo el tiempo adónde dirigirse, Mick cambiando en todo momento la entonación, probando melodías nuevas y Wyman liberando su creatividad para darle a Jagger la estructura que necesita en cada situación. Una muestra de genialidad de principio a fin y más si consideramos que el tema se grabó en una sola toma, en medio de una fiesta. No podría decir que es lo mejor de este disco (sólo porque hay mucha competencia) pero sin duda es el tema más interesante.

Abriendo el lado B en lo que sería el viejo vinilo, nos recibe el piano de Ian Stewart interpretando un fantástico boogie woogie (otra característica de Aftermath es que hay espacio para que se luzcan todos los músicos). Cuando ya estás copado con lo que suena, el boogie finaliza con una referencia al riff de Satisfaction y entra toda la banda con Flight 505, el primer rock and roll puro del álbum. La letra, cantada sobre una jocosa melodía, nos cuenta sobre un tipo que le tiene miedo a volar y que termina abordando este avión que se estrella en el mar. El bajo fuzz de Bill Wyman al final de cada verso es una delicia, inyectando mucha fuerza en el ritmo antes del pegadizo estribillo. El tema más divertido.

High And Dry se adelanta 2 años a Beggar’s Banquet con un ritmo country, sostenido por el platillo de Charlie y las guitarras acústicas. Esta canción, aunque suena un poco amateur en comparación con lo que los Stones harían más adelante con ese estilo, no está demasiado lejos de Factory Girl. Todas las características ya están presentes, incluído el acento sureño medio en joda de Jagger. Claramente esta primera incursión es en broma y así debe ser tomada, y para mayor deleite tiene otro sólo de armónica muy copado. Un tema que invita a acompañar con las palmas, imaginándote que estás en un baile campesino en un granero del sur de Tennesse.

La canción siguiente es Out Of Time. No sé como los yanquis se atrevieron a dejarla afuera, ya que debe estar entre los tres mejores temas pop de los Stones. Nuevamente suenan las marimbas, introduciendo el tema con una línea que llama la atención desde el primer momento, mientras el bajo marca el compás. Jagger empieza a cantarle a esa chica que ya no tiene posibilidades con él, que ya se le pasó el tiempo. La melodía vocal de los versos suena a Motown y de hecho el tema tranquilamente podría haber sido grabado por un artista soul de ese sello. Además de las marimbas escuchamos el espectacular trabajo de las guitarras rítmicas imitando esta forma musical a la perfección y un órgano de fondo. Lo mejor sin duda es el estribillo, donde Jagger y Cia. dan rienda suelta a su sensibilidad pop en una melodía antológica que parece creada por los compositores profesionales del Brill Building, y el resto de la banda (especialmente Keith) contribuyen con unos «pa- pa» en los coros que son un homenaje a la vez que una parodia velada, cantándolos levemente desfasados, en esa particular manera que tiene este grupo de hacer armonías. La versión incluída aquí dura más de cinco minutos, dos más que la que está en Flowers y en realidad esos minutos extras no se sienten porque está todo hecho con una calidad, con un profesionalismo que no hay un segundo de desperdicio. Si no tenés el Aftermath británico te recomiendo que consigas esta versión , porque más aquí equivale a mejor. Otro temazo a tener en cuenta.

It’s No Easy es un rockito cuyo ritmo debe mucho a Chuck Berry, y que incluye como elemento de color un órgano haciendo una base de shuffle que complementa las guitarras. La melodía de los versos es más bien genérica , sería el tema de este álbum que más se acerca a la «fórmula stone», pero el estribillo donde Mick y Keith contestan los «it’s haaaard» de Jagger con un «it’s no e-asy», se te queda rondando en la cabeza y te hace difícil olvidar la canción después que termina.

Aftermath está lleno de clásicos infravalorados, eso no es ninguna novedad, pero me pregunto porqué se ignora directamente a I Am Waiting. Una composición muy exótica para los Stones. La enigmática apertura de guitarra, los «i am wai-ting» cantados por los Glimmer Twins de esa forma casi sepulcral, el dulcimer desgranando los acordes, le otorgan a esta pista un ambiente sombrío pero a la vez de extraña resignación, de atmósfera relajada. Todo esto se ve quebrado en el estribillo, donde, a la Paint It, Black, irrumpe una melodía más enérgica con Jagger en impecable forma, Richards acompañando al final de cada frase con armonías y el bajo suministrando vitalidad antes de volver a los misteriosos versos. Esa combinación de «versos lentos-estribillo rítmico» está más que trillada e incluso en 1966 ya no era nada nueva, pero más allá de la belleza de la melodía que suena en la parte rápida, todo esa oscuridad que transmite este tema, oscuridad que no es opresiva, sino que incluso parece tranquila, confiere al disco un dramatismo que pocas veces se le oye a los Stones. Esta idea está muy lograda, es una prueba de la calidad como compositores a la que habían llegado Keith y Mick, y uno de los mejores temas de su discografía.

Take It Or Leave It es un pop más banal, lo que no quiere decir que sea malo, simplemente una muestra de lo que solía ser la música rock antes de que la experimentación, la distorsión y Oriente coparan la escena. Sobre acordes menores Jagger y Richards entonan juntos una melodía que me hace acordar a temas similares de los Beatles circa 1964, esas canciones a dúo que también mixturan una parte relajada con otra más vibrante onda No Reply. La base de los versos menores presenta guitarra acústica, órgano y una pandereta y en el puente los «just ta-ke it or lea-ve it» son doblados por la guitarra mientras la batería suena al frente de la mezcla. El estribillo consiste de unos «Uh-lalala-tatata-ta-lalalala» que suenan agradables, aunque a los fans del sonido más duro los enerven un poco. Este tema vendría a ser para Aftermath lo que Wait es para Rubber Soul, un tema más light para complacer a los entusiastas del pop sin pretensiones.

El penúltimo tema, Think, empieza en forma acústica hasta que un sonido conocido nos despierta el interés. Es la distorsión de la guitarra de Keith, que aquí emplea el mismo tono que se usó en Satisfaction, utilizado nuevamente para emular el sonido de instrumentos de viento. La canción también es otro highlight, un rock en la onda 19th Nervous Breakdown, oscuro, marchoso, con una melodía atrayente, en esa forma de entender el pop que sólo tienen los Stones, más sombría que sus contemporáneos. Ese peculiar estilo que hace que sus canciones si bien pertenecen y retratan a los sesenta, poseen una intensidad que les permite no envejecer y sonar más actuales que otras de la era. El tema también navega por distintos climas, reduciendo el vigor en el puente para recobrarlo con los «Think, Think» del estribillo que, junto con el bajo de Bill y la guitarra «Satisfaction» de Keith, son los atractivos principales de la pista.

El tema final es What To Do , y nuevamente nos encontramos con una canción pop convencional, para despedir el disco con algo más edulcorado que compense los puntos negros del álbum. La canción, que se inicia con un redoble de batería y está armada sobre el piano, me recuerda a los Beach Boys en ciertos momentos. Cierra el álbum con una nota alegre y optimista.

En fin, este disco tiene muchísimos aspectos a destacar. Es un trabajo muy variado, muy condimentado en la instrumentación, con una calidad en la creación de los temas que pone a los compositores del grupo en la misma liga que sus contemporáneos más importantes, un cuidado mayor en las letras y en general la idea que la banda se está acercando a su madurez, a su punto más creativo. En la actualidad se tiende a pasarlo por alto pero es un excelente álbum para apreciar la importancia de este grupo. El hecho de que temas como Mother’s Little Helper, Stupid Girl, Lady Jane, Under My Thumb, Goin’ Home, Flight 505, Out Of Time, I Am Waiting y Think estén en el mismo Lp habla por sí sólo del nivel de placer que puede brindar este trabajo.
Mi puntaje para Aftermath es un 9+, y no es un 10 sólo porque los propios Stones, junto con los Beatles y otras bandas, superarían este sobresaliente nivel en los años por venir.

Gregorio Caldentey.


UMMAGUMMA

junio 18, 2006

UMMAGUMMA 

Canción Favorita (Vivo): Careful With That Axe, Eugene 

Canción Favorita (Estudio): Grandchester Meadows
Suite Favorita: Sysyphus

Disco 1: 1) Astronomy Domine 2) Careful With That Axe Eugene 3 ) Set The Controls For The Heart Of The Sun 4) A Saucerful Of Secrets.

Disco 2: 1) Sysyphus Part I 2) Sysyphus Part II 3) Sysyphus Part III 4) Sysyphus Part IV 5) Grandchester Meadows 6) Several Species Of Small Furry Animals Gathered Together In A Cave And Grooving With A Pict 7) The Narrow Way Part I 8) The Narrow Way Part II 9) The Narrow Way Part III 10) The Grand Vizier’s Garden Party Part I (Entrance) 11) The Grand Vizier’s Garden Party Part II (Entertainment) 12) The Grand Vizier’s Garden Party Part III (Exit)

Para su cuarto trabajo los Floyd decidieron realizar un álbum doble, con un disco en vivo y otro en estudio. Mientras que en el disco en directo incluían canciones ya reconocidas y probadas, lo que aseguraba una cierta cantidad de ventas, en el otro se jugaron el todo por el todo. Esta vez, la banda se inclinó por la música de vanguardia extrema. Si bien Pink Floyd siempre había sido una banda volada y que transitaba por zonas riesgosas, nunca antes (ni después) llegaron a tales extremos de experimentación. Por eso es que Ummagumma es un disco bastante singular , odiado por muchos fans y alabado por otros.

Dicho esto hay que subrayar que incluso el disco en vivo no es inmediatamente accesible para los que sólo conocen al Floyd posterior a Dark Side Of The Moon. El grupo en esta época era todavía era un combo psicodélico que privilegiaba las largas improvisaciones instrumentales y los efectos cacofónicos a las melodías y armonías vocales. Y debe haber sido toda una experiencia asistir a un recital de Pink Floyd a fines de los sesenta. Generalmente complementados con efectos visuales, lo que escuchamos en los surcos es apenas una sugerencia de los espectáculos que montaban. De todos modos este disco se sostiene muy bien individualmente y es una excelente muestra de este periodo de la banda, con Gilmour ya totalmente integrado. Es así que estas versiones superan en tres de los casos a sus equivalentes en estudio.

Astronomy Domine , del álbum debut, se ve enriquecida por el trabajo de guitarra de Dave (que mejora con sus efectos la guitarra volada de Syd Barret), un largo pasaje de teclados que lleva la canción a otro nivel y una base rítmica ajustadísima. En vivo suena mucho más potente, más rockera.

Set The Controls For The Heart Of The Sun no difiere mayormente de la que está en Saucerful hasta la parte intermedia , donde multitud de efectos de sonido acentúan el carácter cósmico y espacial del tema, y en todo momento se mantiene esa base hipnótica que ya de por sí debe haber sido toda una hazaña reproducir frente a un auditorio.

Careful With That Axe , Eugene tiene la versión definitiva en este disco. Incluso diría que es casi como un resumen de toda la placa. Este álbum en general juega con la tensión, partiendo de atmósferas repetitivas y plácidas, subiendo gradualmente la intensidad hasta explotar en cascadas de sonido retumbante y agresivo. Y eso es exactamente este tema, que se inicia con una línea de bajo acompañada tenuemente por los platillos, una frase arábiga de órgano que se mete tímidamente, y de a poco todo comienza a inflarse, a saturarse hasta que el grito escalofriante de Roger (no te lo recomiendo escuchar con las luces apagadas) da paso a unos batacazos de batería y a la distorsión extrema de guitarra que se prolonga en un solo de antología. El caos se mantiene por unos minutos hasta que pautadamente, sin prisa, la intensidad desciende nuevamente y el tema se va apagando para terminar exactamente como empezó, con un mínimo motivo de bajo. La locura, la paranoia y el terror llevados a su expresión musical.

Me queda decidir si es The Axe o la interpretación de la suite A Saucerful Of Secrets mi tema preferido de este disco en directo. Para mí esta última no supera a la que encontramos en el segundo trabajo del grupo, es una alternativa válida y ambas (estudio y en vivo) me gustan por igual. Aquella gana en precisión y estructura , y ésta suena más natural, más fluida. El paso de la primera parte al sólo de batería de Mason se desarrolla sin espacios, los sonidos bizarros son efectivamente logrados y funden la segunda parte con la tercera. Lo único por lo que no consiguen superar a la del disco homónimo es por cómo interpretan Celestial Voices. Aquí reemplazan al coro por la voz solista de David que encima desafina en algunas partes y el efecto majestuoso de esta última sección queda un poco deslucido. Sin embargo, es un digno broche de oro para este primera parte de Ummagumma.

Y pasamos al segundo disco. La consigna fue clara: en vez de trabajar colectivamente como venían haciendo, cada miembro del grupo tendría su spot solista. Con respecto a con qué rellenarlo, parece que la idea fue que no había reglas, excepto la de tratar de sorprender al oyente, presentándole experimentos vanguardistas lo más locos y volados posibles. A pesar de lo poco accesible que suena esto, la placa no es una sucesión de ruidos y sonidos sin sentido. Los cuatro miembros crearon sus temas en forma aparentemente anárquica, pero en todo momento mantienen la atención con efectos interesantes, uno que otro pasaje melódico, y en algunos casos un magistral manejo de la tensión.

El menos pretencioso de los cuatro fue Roger (lo que parece casi increíble). Fue el único que no estructuró sus contribuciones en forma de suite, no intentó dar la idea de que sus composiciones estaban relacionadas de alguna forma. Se limitó a aportar dos pistas.
La primera de ellas, Grandchester Meadows (una de las dos únicas canciones «reales» en este vinilo) es otra de sus incursiones en el folk, que en esta etapa del grupo eran muy frecuentes. Sobre un fondo de pajaritos (cuantas canciones de More y Ummagumma tienen fondo de pajaritos?) retrata este paraje campestre que él solía visitar en sus épocas de estudiante. Un mínimo acompañamiento acústico de guitarra y la voz de Waters, nada más, que hace una impersonación de Paul Simon bastante acertada. Roger realmente se mueve cómodo en este tipo de temas. Y este quizás sea el mejor de todos los que hizo ,con una melodía reposada y muy simonesca que transcurre perezosamente a lo largo de 7 minutos. Incluso hay un pequeño intermezzo instrumental de guitarra que parece totalmente improvisado pero es probable que Waters lo haya diseñado concienzudamente en su mente de arquitecto. Muy bueno. Al final se oye una mosca que zumba por los alrededores molestando hasta que alguien agarra un trozo de periódico y tras un par de intentos fallidos acaba con la molestia.

Eso da paso a su otro «tema» que, con el estrafalario título de Several Species Of Small Furry Animals Gathered Together On A Cave And Grooving With A Pict, es Roger abusando otra vez de las cintas de efectos de los estudios Emi. Lo que escuchamos es, precisamente a los animalitos haciendo un despiole bárbaro en la cueva. Los animalitos se ponen rítmicos, gritan y aúllan, y a veces también cantan. Sobre la mitad aparece este «pict» (que es un habitante antiguo de Escocia) y se pone a recitar un discurso en su lengua muerta. Los animalitos lo escuchan durante unos minutos, hasta que se dan cuenta que el tipo está como una cabra y se van para otro lado (quizás a la suite de Wright) y el tipo termina su diatriba en soledad. La pieza en general es muy divertida y cierra la participación de Roger.

La suite de Rick se llama Sysyphus, haciendo referencia a la leyenda griega del hombre que fue condenado por los dioses a arrastrar eternamente una piedra hasta cima de una montaña y tirarla por el precipicio, una y otra vez. No es que la música describa todo esto, claro, pero al fin y al cabo, esto es art-rock y algún fundamento mitólogico tiene que tener, no? La apertura es imponente, emulando a una orquesta con los timbales llevando la voz cantante. Seguidamente viene un movimiento de piano solo que es otro de los ejemplos de desarrollo de tensión de los que hablaba antes. Comienza como una composición clásica que no hubiera estado fuera de lugar en el repertorio de Tchiavkosky. Los acordes fluyen bellamente y muy paulatinamente la intensidad aumenta hasta desembocar en un ataque dodecafónico que implica un golpe tras otro al teclado. Pero se hace paso por paso, llevando al oyente milimétricamente desde la parte melódica al caos, sin que en ningún momento este pase suene apresurado. Realmente un trabajo genial, aplausos para Rick. La suite continúa y en la tercera parte Wright se mete dentro de la caja del piano para ponerse a joder con las cuerdas, ejecutando patrones rítmicos hasta que los animalitos de Roger se colan también dentro del piano y otro despelote infernal. Se necesita un poco de reposo y eso es lo que prosigue, un extenso pasaje de teclado con (otra vez!) pajaritos, muy calmo y relajante. Una nota fuerte interrumpe el éxtasis y sonidos de toda índole pueblan la cinta proporcionando el último momento de anarquía hasta que éstos se diluyen y se funden con el cierre de la orquesta, repitiendo el mismo motivo de la obertura y concluyendo quizás el más interesante de los experimentos individuales.

El aporte de David tiene por título The Narrow Way y está divido en tres partes. La primera comienza con un trabajo de guitarras acústicas que se dejan oír placenteramente mientras un juego de slides le brindan sustento melódico a la composición. El efecto de slide se acelera y se hace difuso para concluir ruidosamente la pieza. La segunda parte es un riff de guitarra distorsionada que también va mutando y deformándose para acabar (sorpresa!) de la misma forma. Y la parte final es la otra canción propiamente dicha del disco más experimental de los Floyd. Sobre acordes menores con acompañamiento de piano y guitarras, suena una lograda melodía muy característica del guitarrista, con tono dramático y voces agudas entonando una línea vocal que se desarrolla tranquilamente pero a la vez, va ganando en intensidad llevada por la instrumentación. Dave canta los versos solo pero a medida que se desenvuelve el tema el canto se hace grupal. Este es el primer aporte de Guilmour de una composición cantada al catálogo de la banda y es un excelente debut. Así culmina el spot solitario del guitarrista.

Y finalmente llegamos a la obra de Nick Mason. Previsiblemente es una suite de batería pero lo que logra el percusionista es bastante interesante. El título es The Grand Vizier’s Garden Party y tambien tiene 3 subdivisiones. Entrance es un solo de flauta tocado por la mujer de Nick que nos introduce bucólicamente a esta fiesta en el jardín. Entertaiment es la parte principal, Mason comienza experimentado con diversos tambores y luego se van sumando otros sonidos percusivos. Al parecer, Nick también se copaba con la biblioteca de sonidos propiedad de la discográfica. Y así tenemos ruidos de cajas registradoras que le contestan a los tambores, hi-hats grabados y acelerados que se interrumpen bruscamente, todo con un gran trabajo de edición. Otro baterista probablemente se hubiera limitado a presentar un extenso solo de batería. Pero Mason también era estudiante de arquitectura y eso se nota en este trabajo que evidentemente fue armado gradual y reflexivamente. Al final, sí , llega el solo de batería de rigor, pero simplemente sirve para redondear esta parte y darle un cierre contundente. Exit es la despedida de Ummagumma y es nuevamente la señora Mason con la flauta aunque en esta ocasión son dos, que se entrelazan y juegan para expresar un bello adiós a este disco controvertido.

El disco vendió bastante bien, llegó a estar entre los 5 mejores puestos en Inglaterra. Evidentemente los últimos años ’60 eran una época muy diferente a la nuestra, para que a un LP como éste le fuera tan bien en los charts, más allá del gancho del disco en vivo.

Puntuar a este trabajo se hace un poco difícil, porque gran parte de él no es música convencional y en ocasiones ni siquiera música. Pero a nivel de disfrute, el álbum por momentos suena divertido, otras veces, fascina, hipnotiza, y sobre todo, uno nunca pierde el interés mientras escucha. Y probablemente eso sea lo mas complicado de lograr en un disco de avant-garde. El Lp en vivo es soberbio, otorgando un tratamiento fascinante a cuatro de sus mejores piezas hasta el momento. En suma, un trabajo atractivo y válido que constituye un eslabón único en la carrera de Floyd. El hecho de que no sea un álbum tradicional en términos de composición y de que algunos experimentos al final suenen ya repetitivos con los juegos de tensión y los finales caóticos me impiden darle una nota demasiado alta, pero de todos modos recomiendo escucharlo y dejarse atrapar. Un 7.

Gregorio Caldentey.


ATOM HEART MOTHER

junio 3, 2006

atom-heart-mother.jpg                                                                                                                                                                           Suite Favorita: Atom Heart Mother
Canción Favorita: If 

1) Atom Heart Mother 2) If  3 ) Summer ’68  4) Fat Old Sun 5) Alan’s Psychedelic Breakfast.


Entre los numerosísimos discos de Rock que existen hay una categoría de ellos que tiene una suerte muy particular. Se trata de aquellos que por alguna razón, se los considera, en el catálogo general de una banda, discos mediocres. No malos ni execrables, simplemente discos tibios, mediones, simples excusas para salir de gira o para rellenar un hueco creativo mientras se prepara la siguiente obra maestra. 

Sin embargo, en algunos de estos casos, cuando uno finalmente decide darles la oportunidad, después de haber escuchado lo más granado de la discografía del grupo en cuestión, y se acerca a la placa con expectativas medias se lleva una sorpresa más que agradable. Y de repente descubre una joya escondida, o se da cuenta que a veces la crítica puede ser muy subjetiva, o conecta de una forma especial con el espíritu de la placa por razones personales, etc.

Generalmente son trabajos que no son pálidos en sí, sino que se ven eclipsados por un álbum inmediatamente anterior y/o posterior. Ejemplos sobran y cada banda importante parece tener al menos uno: Beatles For Sale, Between The Buttons y Satanic Majesties, The Soft Parade, A Quick One, Pendulum y miles más. En el caso de Floyd este nada envidiable puesto parece corresponderle a Atom Heart Mother.

Injustamente catalogado como un mero disco de transición, esta placa esconde un trabajo muy interesante en cada uno de sus cinco tracks y especialmente en la pista titular.

Después de haber pasado dos años post-Barret coqueteando con el rock espacial y la música de vanguardia y sobre todo trabajando en bandas de sonido (3 de ellas para esta época, la última de las cuales, la de Zabriskie Point, les había dado más de un dolor de cabeza) los cuatro Floyd parecen encaminarse finalmente en una dirección aquí. Retomando la idea de «suites» que habían esbozado en su segundo disco y en menor grado en Ummagumma, Waters y Cia. deciden subirse al tren del Rock Sinfónico a gran escala. Para ello unieron fuerzas con el compositor de música electrónica Ron Geesin (que también colaboró con Waters en otra banda de sonido, esta vez para un documental, llamado The Body). El producto de esta colaboración fue el tema Atom Heart Mother, una larga composición de más de 23 minutos que ocupaba la cara A del vinilo en su totalidad. 

Incluyendo a una orquesta y a un coro, este nuevo proyecto consistió en combinarlos con la propia banda y dar luz a una sinfonía rock. Y lo que lograron es más que interesante.  Se trata de uno de los mejores y más complejos trabajos que dio esta agrupación. Sin embargo, generalmente la crítica y aún los propios músicos tienden a denostarla. Quizás la falta de un concepto claro (difusamente relacionado con la maternidad), en comparación con sus obras posteriores, es una de las razones. Pero si nos atenemos simplemente a la música, el resultado es brillante. 

Dividido en seis partes, Atom Heart Mother respeta vagamente algunas reglas de las sinfonías clásicas (un movimiento enérgico seguido de otro más tranquilo, un motivo inicial que se repite a lo largo de las secciones). Las 3 primeras partes son sencillamente magníficas, comenzando con la majestuosidad del tema principal (Father’s Shout) tocado por la orquesta, el cual es seguido por un intermezzo de violín y órgano muy reposado y finalmente la entrada de la banda llevados por la guitarra líquida de Guilmour que se acopla a la perfección con el ensamble orquestal.

Breasty Milk, a continuación, es la entrada del coro en escena, con las voces dibujando una melodía etérea que crece en intensidad, sobre la base del órgano de Wright primero y todo el grupo después. Aún más logrado, en mi opinión, que el réquiem análogo de A Sauceful Of Secrets. 

Un climático ritmo de órgano y bajo introduce la mejor sección de la obra , Mother Fore, con los Floyd haciendo un ejercicio funky que sirve de acompañamiento a una interpretación descollante de Dave en la guitarra (donde Guilmour da finalmente muestras de su propio estilo, sin limitarse a imitar a Barret o a adecuarse al formato de los distintos experimentos que transitó el grupo con anterioridad ). El trabajo de teclados y bajo es sencillamente genial. La orquesta se va metiendo lentamente en este movimiento y el coro ingresa con un trabajo rítmico que suena por momentos acusador, como si se estuviera juzgando a alguien aunque en realidad es pura onomatopeya. Poco a poco sale de este patrón rítmico para volverse más melódico, llegando a un nivel operístico en el climax final, que desemboca en la repetición del leit-motiv de Father’s Shout. 

Y a posteriori, vienen las partes más controvertidas de la obra, las que reciben más palos. Funky Dung y Mind Your Throats son las concesiones a Geesin, y entonces se suceden una serie de ruidillos electrónicos y experimentaciones varias durante 4 minutos que parecen totalmente desencajadas con el resto de la pieza. Sin embargo, basta pensar en Ummagumma para recordar que Floyd en espíritu todavía no estaba muy lejos de estas cosas, y considerándolo en ese contexto su inclusión no está tan fuera de lugar. Mind Your Throats particularmente, es una reexposición de distintos motivos de la sinfonía entremezclados entre sí. 

Reemergence es la vuelta del tema central y la transición del movimiento caótico anterior a éste se hace de manera muy natural, aprovechando los motivos comunes. Los 3 minutos restantes son una revisión de Father’s Shout, levemente modificado con la inclusión de las voces para conducir al apoteósico final. Y no tengo mas que aplausos para este viaje musical. Una muestra de genio de principio a fin, un trabajo que merece su lugar de relevancia al lado de Echoes o Shine On You. Aunque no todos los fans de Floyd piensan así, claro. Y otra razón de que desmerezcan esta obra quizás sea por considerar que Geesin tuvo demasiada participación, no sólo en las secciones mencionadas sino porque escribió las partituras orquestales, pero lo hizo sobre ideas tiradas por la banda y además las intervenciones del propio grupo constituyen buena parte de los mejores momentos. Simplemente fue una combinación feliz de recursos y este opus se merece mucho mejor tratamiento del que tiene.

Pero no todo es Atom Heart Mother en Atom Heart Mother. Para cubrir el lado B los tres principales compositores de la banda aportaron un tema cada uno y otra composición grupal (sin Geesin). Por entonces Waters, Wright y Gilmour estaban interesados en cosas distintas y eso se refleja en estos tracks, que constituyen una adecuada muestra de las características de cada uno: el folkie, el músico pop influenciado por los Beach Boys y el tipo que le encanta componer canciones con melodías agudas para demostrar cuan dulce puede sonar su voz.

If, el tema de Roger continúa la veta acústica de los temas de More y Ummagumma , con una excelente melodía que sirve a una letra muy personal, donde el bajista comienza el proceso de revelarnos parte de sus demonios internos. Para acentuar este carácter intimista hay un pequeño intermedio instrumental donde la guitarra de Dave simplemente llora, atrapándote en su melancolía, con los teclados dibujando un paisaje muy emotivo. En el futuro Roger va a vestir sus creaciones introspectivas con ropajes más pomposos, pero en estas viñetas folk demuestra que es lo suficientemente genio como para recurrir a lo mínimo.  

El tema del tecladista toca un tema más banal, aunque lo hace de una forma bastante original. Summer ’68 es una oda a las relaciones de una noche y cuando otros músicos hubieran grabado un rock and roll sucio para describirla, Rick recurre a un perfecto tema pop. La melodía de las versos es suprema, con un piano soberbio. La referencia a los chicos del surf aparece en el estribillo (How you feel, how you feel…) y en el juego de voces que le sigue al mismo. No tengo idea si Wright realmente escuchaba al grupo de Brian Wilson, pero no es el primer tema donde aparecen estas semejanzas, en singles de Floyd como Paintbox o It Would Be So Nice (que hasta tiene un título muy similar a cierta canción de Pet Sounds) se aprecia también cierta influencia de los Beach Boys post-Smile. Wright incluye una parte instrumental de bronces que suena muy bien, ejecutando un motivo barroco, pero que queda un poco como forzada, fuera de lugar con el espíritu de la canción. Podría haberse reservado ese brillante pasaje para otro tema, con otro tópico. De todos modos, es quizás el mejor aporte de Richard como compositor al catálogo del grupo.

Y el tema de Dave, Fat Old Sun es una reposada balada que el guitarrista canta suavemente, sobre un colchón de guitarras acústicas y órgano. Me hace acordar un poco al Long Long Long de Harrison, porque la esencia es la misma (aunque me gusta más la canción del Album Blanco). Bucólica, perezosa, aunque de cierto interés, con unos juegos melódicos poco comunes . Lo mejor del tema está en el final, en el largo solo de guitarra que lo despide. Esa coda hace que la canción pase de ser notable a buena. 

Para concluir tenemos a Alan’s Psychedelic Breakfast, el otro esfuerzo mancomunado del álbum. A diferencia del avant-garde de Ummagumma, esta pieza experimental contiene mucha música. La idea es recrear algo tan cotidiano como un desayuno, en este caso del roadie de Floyd Alan Stiles (de hecho es su voz la que se escucha a lo largo del tema). Mientras Alan abre las puertas de las alacenas, pone el agua , hierve el tocino y se sirve cereal se van intercalando tres segmentos musicales, como si el hambriento roadie fuera seleccionando distinta música para acompañarlo en esta nutritiva tarea matinal. La primera selección, es un dueto de órgano y piano que parece compuesto por un Bach japonés, muy melódica y cambiante. Después Alan se relaja con un tranquilo pasaje de guitarra acústica, muy apropiado como contraste al vigoroso motivo anterior. Y la última pieza en el equipo de sonido es la mejor y sirve de magnífico cierre. Es un climático instrumental con la banda a pleno, que trascurre a través de distintas modulaciones de acordes, con el teclado de Wright llevando la batuta. Es una especie de mini-sinfonía a su vez, retomando algo de la complejidad que escuchamos en la cara A, y sirve de ejemplo de que Floyd no necesita de grandes orquestas para hacernos volar con su combinación de sonidos. Cuando termina, sólo se oye el goteo de la canilla de la cocina, que al parecer Alan no cerró muy bien. En algunos vinilos este sonido se repetía infinitamente hasta que lo sacabas del equipo, porque fue grabado en la sección central del disco donde la púa patina hasta que alguien la retira.

En mi opinión, es Atom Heart Mother donde la banda se encuentra por primera vez con su sonido clásico. En los próximos álbumes este encuentro se irá perfeccionando y puliendo, pero este primer intento es más que satisfactorio. Contiene dos piezas, que justamente son las colaboraciones grupales, que superan todo lo que el grupo había hecho hasta este momento e incluso, se cuentan entre sus mejores creaciones. Además tenemos tres canciones que suman al proyecto. Si bien la de Guilmour simplemente cumple, las otras dos no tienen nada que envidiarle a anteriores esfuerzos de sus respectivos creadores (incluso diría que Rick se supera a sí mismo aquí).

El problema de la placa es , entonces, que después vendrían trabajos aún más redondos. Y que en perspectiva, la Madre Atómica se vería injustamente relegada al período de prueba y error, a la época experimental y vanguardista, donde a veces se conseguían cosas sublimes y a veces, sencillamente, había demasiada autoindulgencia. Para este humilde servidor, eso es incorrecto. Este es el inicio del camino definitivo, con algunas vacilaciones y carencias, como la falta de hilo unificador, pero con la mayoría de las características del sonido Floyd ya prácticamente en su lugar. Musicalmente, un deleite. 9-

Pd: Más allá de la opinión generalizada sobre este disco, es interesante destacar que fue un éxito de ventas en su momento, catapultando por primera vez a la banda al primer puesto de los charts británicos. Notable.                                                            

    Gregorio Caldentey.